Desde el año 2020 cada 2 de marzo se celebra el Día Mundial del Bienestar Mental de los adolescentes con el objetivo de sensibilizar a la población sobre los problemas de salud mental que afectan a las personas durante su desarrollo hasta la edad adulta.
La celebración del Día Mundial del Bienestar Mental de los Adolescentes está más que justificada si atendemos a los datos que ofrece la Organización Mundial de la Salud. En la actualidad, uno de cada siete jóvenes de 10 a 19 años padece algún trastorno mental y el suicidio es la cuarta causa de muerte entre los 15 a 29 años a nivel mundial.
La depresión, la ansiedad y los trastornos del comportamiento se encuentran entre las principales causas de enfermedad y discapacidad entre los adolescentes.
La pandemia de Covid 19 ha sido junto otros factores, como el acoso escolar y el bullying, detonantes del incremento de los problemas de salud mental en la población más joven.
Principales riesgos para la salud mental
Por su parte, la ONG Save the Children expone en su informe “Crecer Saludable(mente)” los principales factores de riesgo a los que se exponen adolescentes y niños:
La edad. Los niños y niñas mayores de 12 años están más expuestos a trastornos mentales, mientras que los menores de esa edad suelen presentar trastornos de conducta.
El sexo. Las niñas tienden a padecer más trastornos mentales que los niños, cuyos problemas se centran en la conducta.
Origen de los progenitores. Si los padres y madres son de origen migrante o el entorno familiar es más pobre, aumenta el número de trastornos.
Cómo ayudarles en el día a día
En cuanto a las recomendaciones más habituales que podemos hacer en familia, estarían las siguientes:
• Fomentar una buena convivencia familiar en la que los padres les ayuden a descubrir las situaciones que vivirán en los años sucesivos y se puedan tratar todos los temas, compartir angustias, éxitos y cualquier cosa que nos preocupe. Así ellos también verán un ambiente propicio para hacer lo mismo.
• Mantener los límites. A pesar de que los adolescentes cada vez tienen mayor libertad, no hay que olvidarse de marcar unas limitaciones que les ayuden a adaptarse a cada etapa.
• Cuidar horarios, rutinas y alimentación. La rutina ofrece estabilidad a niños y adolescentes, ya que de ese modo aprenderán a planificarse, tanto en su día a día como sus propias ideas. De igual modo, cuidar la alimentación es, si cabe, más importante en estas etapas de desarrollo.
• Descanso y tecnología. Fomentar un correcto descanso y evitar que pasen demasiado tiempo frente a pantallas, o marcar un tiempo sin ellas, también les ayudará a desarrollarse saludablemente