La firma andaluza Montero & Cabana ha transformado el universo de la Comunión con una propuesta inconfundible: romanticismo moderno para niña y sastrería depurada para niño. Al frente, Beatriz Montero, diseñadora y alma de la casa, lleva más de 25 años dedicados a un propósito claro: que cada niño y niña vivan su día especial sintiéndose únicos y cómodos.
Su método combina la artesanía con la precisión: tejidos elegidos cuidadosamente, patrones muy trabajados y acabados impecables que dan lugar a total looks con carácter propio.
Inspiración: princesas actuales y pequeños caballeros
En las colecciones de niña, la inspiración es romántica pero contemporánea. La “princesa de hoy” se reconoce en diseños ligeros, elegantes y llenos de libertad. El vuelo característico de las faldas nace de combinaciones de materiales (no de una sola tela), que fusionan alençon, guipur, tul bordado o valencienne, logrando volumen, textura y una luz especial.
Para niño, el foco está en la sastrería pura: trajes con chaqueta, cortes estilizados y doble botonadura cuando el diseño lo requiere. Mandan los tejidos de sastre (sargas, gabardinas, linos) y los detalles discretos que refinan la silueta con equilibrio.

Comunión 2026 según Montero & Cabana
En la paleta cromática, blancos y tonos naturales siguen siendo la base luminosa de la casa, junto con azul marino y ducado para un aire sobrio y elegante. Destacan también el verde musgo, sello de identidad de la casa desde hace años, y el gris glaciar.
Para 2026, la novedad llega con matices de negro, introducidos con sutileza tanto en niño como en niña, y cintas de terciopelo y otomán en burdeos, marrón, marino y negro como guiño cromático característico.
Los tejidos mantienen su protagonismo: en las niñas, tules bordados exclusivos (algunos con hilos dorados), bambulas, voile, plumeti y alençon; en los niños, sargas, gabardinas y linos con botones dorados o forrados en terciopelo, junto a lazos y corbatines personalizados con el logo de la marca.
Los patrones, como siempre, marcan la diferencia: faldas de gran vuelo arquitectónico en las niñas, con cuerpos sencillos que realzan las texturas, y casacas estructuradas en los niños, con cuellos marineros proporcionados y líneas que definen una elegancia natural.

La personalización es otro de los sellos de la firma. Con una carta de más de 20 colores, Montero & Cabana adapta cada conjunto a gusto de quien lo viste: bordados con iniciales o nombre, accesorios coordinados (limosneras, coronas, diademas, calzado en ante) y cintas de terciopelo que unifican el look con coherencia.
En 2026, Montero & Cabana propone una Comunión donde las niñas caminan entre encajes que respiran modernidad y los niños visten con una sastrería mini que enseña elegancia desde pequeños. Beatriz Montero lo resume en dos palabras: patrón y materia. Porque cuando el tejido es bueno y el corte perfecto, la elegancia simplemente sucede. Y permanece. Y eso, se nota.
Podéis descubrir todos los modelos para esta colección 2026 en su web: https://monterocabana.com



