Marruecos con niños

Cuando pensamos en viajes de invierno es normal decantarse por destinos de frío y nieve. No obstante, cada vez son más los que se deciden por aquellos algo más calurosos huyendo de las bajas temperaturas.

Texto e imágenes: Lourdes Pérez > viajandodo.com


De hecho, fue cuando nuestra pequeña tenía 14 meses que decidimos viajar a Marruecos en busca del sol en pleno diciembre. Y acertamos, ya que tuvimos una temperatura media entre 15 y 25 grados. Era preciso abrigarse algo por las mañanas y por las noches, pero al mediodía incluso hubo momentos en manga corta.

Aprovechamos para visitar Fez y Chefchaouen, ambas situadas en la zona norte del país a través de un road trip.

Cuando pusimos los pies en Fez, retrocedimos al pasado a través de su laberíntica medina. Y es que una vez dentro, se tiene la sensación de que es imposible volver al punto de origen. Nosotros la visitamos por nuestra cuenta y al segundo día ya nos sonaban algunas cosas

No obstante, siempre se puede realizar con un guía el cual os mostrará algunos de los lugares indispensables de la ciudad como la Curtiembre de Chouara.

En ella, las tiendas artesanales y llenas de  lámparas parecían salidas de la película de ‘Aladdin’ y son capaces de despertar la curiosidad de pequeños y grandes. También es posible apreciar el trabajo manual que realizan, por ejemplo, tejiendo tapices. 

Por supuesto, para ir con bebés y niños pequeños, mejor optar por un método de porteo y no el carrito ya que, no es raro ver burros cargando mercancías y cuando pasan no hay prácticamente espacio en la calle.

Chefchaouen, sin embargo, es más bien como aterrizar en un cuento de hadas ya que toda la zona antigua de la ciudad está pintada de azul y blanco. Los lavaderos son uno de los lugares que más nos gustaron ya que está mucho más conectado con la naturaleza. La medina es más bien pequeña y con uno o dos días de visita es más que suficiente (a menos que se decidan explorar los alrededores).

Si lo que preocupa a la hora de viajar a Marruecos en familia es la comida, allí se encuentra tanto la tradicional como los deliciosos tayines (los cuales incluso se pueden pedir que no estén picantes o con pocas especias) como comida internacional de cualquier tipo. Por lo que ésto no será una preocupación.

Sea como sea, Marruecos es una opción genial como destino de invierno con niños ya que, a diferencia de otros, ofrece temperaturas agradables, poco turismo, precios interesantes, una cultura diferente y lugares fuera de lo común.